Dara Friedman, (Alemania, 1968), es una artista residente en los Estados Unidos que crea obras de cine y video que utilizan un proceso de filmación y edición cuidadosamente orquestado, a menudo colaborando con individuos y comunidades para capturar las cualidades expresivas del cuerpo humano.

Sus películas se han filmado en lugares que van desde las calles de Miami a las reservaciones de Nativos Americanos. Se conoce por los anuncios pidiendo actores, en donde le pide a las personas que hagan una audición para alguna “escena” que puede incluir bailar, cantar o recitar poesía.

No existe una narrativa concreta en sus videos. Los mismo tratan de la apreciación de cómo se mueven e interactúan con el mediombiente los cuerpos y las personas. La conexión es un tema clave y está enfocado en derrumbar barreras entre las personas e incluso entre los espacios.

“Mother Drum”, de 2016, es una video instalación de tres canales de 14 mininutos, documenta a bailarines de tribus y los tambores durante sus reuniones, específicamente tres tribus de nativos norteamericanos del oeste. El ruego de los Nativo Americanos en una mancha en la historia de EEUU, y el mismo forma parte del tema de “Drum”. Pero también es un viaje hipnótico que resalta las tradiciones tribales pero con una edición que lo aleja de ser un documental. Los colores que se difuminan, los caballos que van desapareciendo en un río y otros efectos visuales lo hacen un parecer un sueño.

En “Ditcher (Poet)”, video instalación de 16 canales de 2017, 16 actores recitan su poema favorito en múltiples pantallas reflejadas en la pared de un cuarto, algunos maquillados exageradamente como los actores alemanes de las películas de principios del siglo 20. A veces sus voces tienen rabia y gritan, lo que produce una atmósfera caótica; otras veces son más un susurro, desorientando al espectador.

Perfect Stranger, instalación, 2017