Imaginario, simbólico y real
Lo imaginario, lo real y lo simbólico son los tres registros que, para el psicoanalista francés Jacques Lacan, constituyen la estructura del funcionamiento psíquico de los seres humanos. Cada uno de los registros está vinculado a los otros dos de una forma similar a la del nudo borromeo, figura topológica en la cual tres anillos están anudados de tal forma que de soltarse uno los tres quedarían sueltos. De esta manera, lo que se busca transmitir con esta figura es que un proceso, por ejemplo, imaginario tiene una base tanto en lo real como lo simbólico y viceversa.
El registro de lo real es el más complejo porque implica aquello inconceptualizable, imposible de poner en palabras, de imaginar, de representar.
Lo simbólico está en relación al lugar que ocupa el lenguaje, la articulación dialéctica de los signos mediante los dispositivos de metáfora y metonimia en relación a la producción y construcción de sentido.
Por último, el registro de lo imaginario conscierne a la puesta en imagen, entendiendola desde un sentido amplio y abierto que trasciende lo meramente visual para incluir lo mental, lo sonoro, lo olfativo, lo poético, etc.
Si trasladamos la noción de estos registros al campo del diseño de imagen y sonido: ¿no podríamos pensar que el quehacer del diseñador consiste en articular de forma tal lo imaginario y lo simbólico en función de generar un efecto tangible en lo real? ¿O tal vez es el trabajo sobre lo real lo que anuda tanto lo imaginario como lo simbólico de una manera tangible en la pieza de diseño?