Ojo de Logie Baird
Luego de varios infructosos intentos para mejorar la sensibilidad a la luz de su sistema Televisor, el inventor John Logie Baird, tomó la decisión de experimentar agregando el contenido de un ojo humano a su desarrollo tecnológico.
El mismo Logie Baird describe la anécdota de ese intento, en el libro John Logie Baird
Television pioneer, de Russell Burns
Hice varios esfuerzos para aumentar la sensibilidad de las células fotoeléctricas y por
encontrar otros materiales que darían mayores reacciones a la luz. La sensibilidad a la luz del ojo humano, según Eldbridge Green y algunos otros, reside en un fluido púrpura
que se encuentra en la retina del ojo y se llama púrpura visual. Decidí hacer un experimento usando esa sustancia. Llamé al Charing Cross Ophthalmic Hospital, y pregunté para ver al cirujano jefe. Le dije que quería un ojo para un trabajo de investigación que estaba haciendo. Él pensó que yo era médico y fue muy útil.
“Ha venido en un momento apropiado”, dijo, “Justo estoy sacando un ojo, y se
lo dejaré tener, si quiere sentarse hasta que termine la operación”.
Asi fue que me dieron un ojo envuelto en algodón, un objeto espantoso. Hice un esfuerzo para diseccionarlo con una navaja, pero pronto me di por vencido y arrojé todo ese enchastre al canal.
Gracias a su inclaudicable espíritu, Baird logró poco tiempo después en convertirse en uno de los primeros inventores de un sistema de transmisión eléctrica de imagenes y sonidos.