Pablo Martínez-Zárate (México, 1982). Artista, documentalista e investigador mexicano cuyo trabajo explora los cruces entre memoria, cuerpo y territorio desde la práctica experimental y documental. Es uno de los principales exponentes de la narrativa documental web e inmersiva en Latinoamérica. Dueño de una obra singular y comprometida de original carácter. 

“Estas imágenes son verdad. Microarchivo de la ignominia” (2018) el artista explica que esta obra es un documental generado a partir del registro fotográfico de material encontrado en los canales oficiales del gobierno de México, para luego ser procesado digitalmente y proyectado para su captura en 8, 16, 35 y 120 mm, interviene el material con grana cochinilla, un tinte ancestral mexicano. 

Se revela como un gesto para brindar un extensión material a la negación histórica y a su vez, criticar a las políticas de la memoria durante el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto.

A lo largo de su obra propone lecturas alternativas del material. Propone esa liberación del archivo, buscando ese gesto de autonomía, un gesto de confirmarnos únicos y cambiantes al mismo tiempo. Es marcada la oposición a los relatos verticales que carecen de reconocimiento de la fractura, de la ausencia y de la imagen faltante. 

En su película “El monopolio de la memoria” hace uso de archivos fotográficos que retratan el movimiento estudiantil del año 1968 en México. A partir de la curaduría de más de 1000 fotografías de  estudiantes, soldados y ciudadanos, y el desarrollo del movimiento dentro de la capital mexicana, marcado por la movilización masiva y la represión del gobierno; cuestiona la relación entre memoria, poder y representación. El monopolio de la memoria se distancia de un discurso político, incluso se aleja de lo histórico, para tejer un montaje reflexivo sobre uno de los eventos más determinantes de la historia reciente de México.

Como potenciador de esta contra-censura. El artista extiende las posibilidades de intervención y apropiación del archivo. Hace foco en el cuerpo, en los modos de habitar la manera en la que nos relacionamos con nuestra memoria, fijándose en el abismo de lo que es nuestra experiencia corporal.

“El cuerpo es un archivo” (2018) es un montaje audiovisual en 360º en donde hace uso del material fotográfico del movimiento estudiantil del 68 en México como una manera de encarnar la memoria. En sus palabras, los cuerpos de las bailarinas y los trazos del ilustrador se activan como respuesta a las fotografías; la videodanza se desdobla y deja inmerso al espectador, lo provoca e invita a intervenir el archivo. En las texturas de los distintos soportes utilizados durante la filmación de la pieza, la materialidad del archivo se confirma como un camino que no sólo mira al pasado sino que se multiplica en distintos tiempos.