Peep Show
Los peep shows, también conocidos como peep box o raree show (espectáculo de rarezas) se remontan al siglo XV en Europa y son conocidos en varias culturas. Se cree que alrededor del año 1437 Leon Battista Alberti (artista, arquitecto, poeta, sacerdote, lingüista, filósofo y criptógrafo) creó las primeras cajas para peep show diseñando unos pequeños cuadros pintados que debían ser vistos a través de un pequeño agujero. Estas representaciones eran tanto nocturnas como diurnas; se cree que eran transparentes y al cambiar la iluminación por detrás, se pasaba de una escena a la siguiente, razón por la que se los considera predecesores de la linterna mágica.
En los siglos XVII y XVIII los peep shows se exhibían en las calles y ferias de toda Europa por iniciativa de artistas itinerantes que competían con otros espectáculos como los osos bailarines, los malabaristas y los magos. Sus gabinetes de madera podían tener varios orificios de visualización de distintas imágenes. El espectáculo se acompañaba de narraciones que explicaban o dramatizaban lo que ocurría en el interior.
Los peep shows se popularizaron aún más en el siglo XVII en Holanda. Algunos artistas de la pintura del Siglo de Oro holandés como Samuel van Hoogstraten crearon un derivado del peep show con ilusión de percepción de profundidad mediante la manipulación de la perspectiva de la vista interna. Desde aproximadamente el año 1700, muchas de estas “cajas de perspectiva” u “ópticas” tenían una lente biconvexa de gran diámetro y pequeña dioptría para conseguir una perspectiva exagerada, lo que daba una mayor ilusión de profundidad. La mayoría de los cuadros mostraban temas arquitectónicos y topográficos con perspectivas lineales.
A partir de 1745 se hicieron muy populares las impresiones de vistas en perspectiva similares para el zograscopio, que utilizaba el mismo principio pero con la lente en un soporte en lugar de en una caja. Algunos temas habituales en los peep shows han sido los animales exóticos, las escenas de teatro clásico, las ceremonias de la corte, las transformaciones sorpresa (por ejemplo, de un ángel en un demonio) y las imágenes sexuales.