Falso/Anti/Happening Para un Jabalí Difunto/de la Participación Total
¿Qué es eso del “Happening”?
Título de la nota publicada por la revista Gente, 1966. *1
No es casual que esta definición para una palabra tan amplia como lo es el “acontecimiento” se encuentre exactamente en la mitad del libro “El Di Tella”, escrito por John King y publicado en 1985. El texto tiene 478 páginas, que divididas al medio son 239. La definición que formula Minujin, abanderada de este tipo de eventos en nuestro país, se encuentra en la 238. Un corrimiento intencionado.
Para el autor, “los pocos happenings montados en Buenos Aires se centraban principalmente en el impacto de las comunicaciones masivas sobre la percepción”*2. De así serlo, “Un happening para un Jabalí Difunto” también conocido como el “Falso Happening”, fue la acción que logró plegar sobre sí mismo el pretendiente acontecimiento junto con todas sus bases teóricas.
“Una crítica al ‘happening’ fue propuesta por Robert Jacoby, quien junto con Costa y Escari organizó un <<no acontecimiento>>, anunciando, promoviendo y luego cancelando un happening a través de la prensa. La propuesta era que el sentido de una obra se creaba en “el proceso de transmisión y de recepción, no de creación”*3 explica John King.
Podemos señalar algunas opiniones con respecto a las palabras que el autor elige para definir esta obra tan inmaterial. Destacar que King es un estudioso estadounidense, no es menor a la hora de diseccionar sus expresiones. La falta de la letra “o” en el nombre “Robert” – un simple error de tipeo característico de personas cuya lengua materna es el inglés – nos hace discutir si el Falso Happening era una crítica a estos acontecimientos, o si en realidad el ultimátum de los mismos. Cabe destacar que no hubo promoción de ningún acontecimiento, por lo tanto tampoco ninguna cancelación. Estas erratas nos llevan a dudar sobre el entendimiento que tuvo King a la hora de definir de qué trata esta acción cuestionando la veracidad de su propio análisis, y enfatizando la complejidad de la obra que analizaremos a lo largo de esta pieza.
Roberto Jacoby es sociólogo y artista, nació en Buenos Aires en 1940. Aunque no se considera un “artista del Di Tella”, colaboró con otros personajes que frecuentaban la Manzana Loca. Representante en Argentina de la vanguardia experimental, su obra (des)materializa mucho ma?s que solo una generacio?n: la entendemos como un puente entre varios Buenos Aires.
“Entender la producción de Jacoby es abordar el total de su obra y acciones como un extenso archivo que recopila material documental sobre el artista y las vicisitudes del país”*4 define Emanuel Diaz Ruiz en su texto curatorial introductorio para “No soy un Clown”, muestra que el artista presentó en el MPBA Franklin Rawson en la provincia de San Juan.
Oscar Masotta nació en Buenos Aires, diez años antes que Jacoby. Fue un crítico de arte, ensayista, curador, y uno de los introductores de las ideas lacanianas tan arraigadas a nuestra ciudad y su característica cultura del psicoanálisis. Afianza la idea de la desmaterialización en el campo artístico de las vanguardias de nuestro país, para dar cuenta de cómo los nuevos modos de producción artística comenzaban a despegarse de la noción de obra y poner foco en el medio. Jacoby, un joven periférico del Instituto Di Tella en la década del sesenta, comienza a implementar esta idea a lo largo de su obra.
Raul Escari, escritor y “happenista” y Eduardo Costa, escritor y artista visual, junto con Roberto Jacoby forman parte de esta triada de artistas que idearon la obra que aquí estamos tratando.
Juntos escribieron un manifiesto que sirve de preludio para el Falso Happening. Un Arte de los Medios de Comunicación, publicado en julio de 1966, anticipa la homogeneización de la información y cómo los lectores/espectadores no están en contacto directo con la cultura a la que pertenecen, sino que llegan a ellos a partir de la información expuesta en los diversos canales de comunicación. Se diferencian del “POP” – en auge durante esa década – explicando que este movimiento utiliza técnicas y elementos propios de la cultura de masas “desconectandolos de su contexto natural” *5 (podríamos traer, por ejemplo, las cajas Brillo de Andy Warhol expuestas dos años antes que esta publicación).
Por el contrario, lo que ellos plantean es una obra que se encuentre en el interior de los propios medios. “De este modo, nos proponemos entregar a la prensa el informe escrito y fotográfico de un happening que no ha ocurrido. Este falso informe incluirá los nombres de los participantes, una indicación del lugar y momento donde se realizó y una descripción del espectáculo que se finge que ha ocurrido, con fotos tomadas a los supuestos participantes en otras circunstancias.” *6
Este texto es la primera parte de la obra que tomó lugar una vez leída y procesada por los espectadores/lectores al recibir la noticia. “Una obra que comienza a existir en el momento mismo en que la conciencia del espectador la constituye como ya concluída” *7 definen los autores. Es decir, hubo tres creaciones:
- La redacción falsa enviada a los medios informativos.
- La transmisión que realizaron los canales de información. (como nota al pie de esta, los autores detallan “El medio es el mensaje -Mc Luhan-”)
- La recepción por parte del espectador que construye una realidad inexistente que él/ella crea verdadera.
Con estos tres puntos, Escari, Costa y Jacoby establecen, a partir del Happening como género artístico, un nuevo género: el arte de la Mass Media, “donde lo que importa no es fundamentalmente ‘lo que se dice’, sino tematizar los medios como medios”*8. Es decir, los medios informativos como soporte, como lo podría ser un lienzo para una pintura, una piedra para una escultura, o un escenario para una obra de teatro.
Para el informe que armaron, el evento ficticio surge de una excusa tan propia del underground: una fiesta.
“Dalmiro Sáenz entró, el pasado 30 de julio, con un aire victorioso y llevando un jabalí que había cazado, a una casa en la calle Melo en Vicente López. Lo recibió una prevenida Susana Muzzio de Sáenz, que ese día tenía libre en su trabajo como directora de una galería de arte. Acababan de dar el primer paso concreto en la realización del “happening”. El escenario sería esa misma casa al día siguiente; el título sería Participación Total (concebido colectivamente, como dictan las no-reglas del género); y los cabecillas, los escritores Eduardo Costa y Raúl Escari, junto con el artista plástico Roberto Jacoby.” *9
Diario El Mundo, Domingo 21 de Agosto, 1966.
Es muy gratificante cuando el título de una obra se ubica de manera precisa entre el contenido y la forma del mismo. Les invitades a participar eran personajes de la más diversa variedad. Sin embargo, dado el espesor que tienen las capas de entendimiento de esta acción, y como si no fuesen suficientes los corrimientos intencionados propuestos por estos artistas, la obra tiene cuatro nombres diferentes que siguen complejizando el análisis de lo que supuestamente pasó, lo transmitido, lo que no tomó lugar y la obra social-mediática en sí.
El acontecimiento descrito por El Mundo, fue llamado Participación Total; tiene sentido cuando entendemos que cada actor de este gran happening participaba individualmente influyendo en las acciones de quien tenían al lado – al mismo tiempo que al final llegaremos a la conclusión que el circuito se cierra con la interpretación de cada lector – sin embargo, el título que eligió Edmundo E. Eichelbaum (o le indicaron los autores) para la nota fue “Happening para un Jabalí Difunto”, aludiendo al animal que sirvió de banquete. Los artistas toman los elementos con los que solía tildarlos la prensa, como excéntricos, descontrolados, alocados y amanerados, para burlarse de ello provocativamente.
Desde esta primera publicación podemos ver como la triple creación empieza a funcionar, el título de la nota sirve hoy no sólo para referirse al happening nunca ocurrido, sino también para definir la acción que estos autores proponen.
El Mundo detalla:
“Manuel Mujica Lainez, (…) eligió rincones ubicuos para dibujar sus conocidos “laberintos” en un cuaderno con una pluma casi monstruosa(…) Egle Martin, actriz, bailarina y coreógrafa, bailó danzas africanas con su traje negro de candombe. Jaime Jaimes y al actor y poeta Rodolfo Relman, quienes interpretaron escenas de El arquitecto y el emperador de Asiria, (…) Marta Lynch aprovechó la noche para dar forma a una historia inspirada en lo que estaba presenciando, que luego leyó. Antonio Gades, el talentoso bailarín de flamenco, hizo uso de su técnica para bailar canciones de The Rolling Stones, The Beatles. Mientras tanto, el actor Alberto Fernández de Rosa adoptó el papel de Adolf Hitler mientras paseaba entre los asistentes, gritando órdenes en un alemán apócrifo. De repente, tuvo que salir apresuradamente porque su hija Valentina estaba por nacer (…) La destacada bailarina moderna y coreógrafa Graciela Martínez también participó de forma vital. El político Raúl Damonte Taborda, quien, a su vez, encarnó a su hijo, el famoso dibujante Copi (residente en París), y como tal hizo una parodia de su padre que terminó con un dibujo de sí mismo, hecho en público al estilo de Copi. El sociólogo Juan José Sebreli, también presente, repudió formalmente el acto: “Esto es entretenimiento para snobs; ustedes son todos frívolos”, gritó. Pero no se alejó más allá de la cocina y reapareció para disfrutar del jabalí. Oscar Masotta daba conferencias de tres minutos al oído de cada participante, individualizando el “happening” y convirtiéndolo así en un rumor. Marta Minujín (quien acuñó la frase “El arte es «happening»; la vida es «happening»; «happening» es todo”) fue una de las participantes más brillantes: grabó los diálogos de los asistentes y los fotografió, para luego darles una copia de la foto, “Para devolverle a cada uno su imagen”, como explicó.” *9
Cada participante en este espectáculo/juego hizo algo por su cuenta, de manera independiente de los demás, aunque guiados por las reacciones espontáneas que, de repente, los hacían acercarse a lo que el otro estaba haciendo. Total fue la participación, y aunque las acciones hayan sido propias de cada persona que las llevaba a cabo, todas terminaron influyendo en la acción del de al lado. Para terminar, festejaron comiendo el jabalí y tomando vino neuquino en un auténtico bacanal. Eso entendemos de la primera lectura del informe, despojándonos del hecho de que esto nunca ocurrió.
Como la noticia fue masiva, analicemos un extracto de otro medio que publicó el acontecimiento posteriormente:
“Con el lema “En la sociedad de masas, el público no está en contacto directo con los eventos sociales, y menos aún en una sociedad sin masas, como las Ruinas de Pompeya”, los escritores Raúl Escari, Eduardo Costa y el artista plástico Roberto Jacoby inventaron un happening experimental, conmemorando la independencia, en la casa de Susana Muzio de Sáenz Peña (galerista), ubicada en Melo 1139, Vicente López. Como hemos perdido el papelito que detallaba el suceso, nos vemos obligados a recordar los eventos, lo cual no está nada mal, ya que como sostiene el propio Escari: “la creación consiste en dejar su constitución en manos de su transmisión” (Escari, R. et.al., “Un arte de los medios de comunicación de masas”, p. 2).”
Publicado en El Escarabajo de Oro, no. 31-32, 1966. *10
Algunos datos parecen ser los mismos, como la ubicación del happening, los anfitriones de la casa en Vicente López, y las definiciones de los artistas responsables. Sin embargo, hay una línea que, poniéndonos en el lugar de lector atento, hace que la información comience a desarmarse: “Como hemos perdido el papelito que detallaba el suceso, nos vemos obligados a recordar los eventos, lo cual no está nada mal (…)” Llenar de responsabilidad a un “papelito” que detalla el suceso, y obligarse a “recordar los eventos” construye una trampa. Este es el primer acento en el texto que demuestra la no-veracidad del hecho, y ubica al espectador en la punta de esta estructura triangular de creación descrita en el manifiesto publicado en julio de ese mismo año. Otro corrimiento intencionado.
La noticia que demostró que el suceso era falso fue transmitida en el diario El Mundo, el 30 de octubre de 1966 y dice así:
“Hace unas semanas, publicamos en este suplemento un artículo de Edmundo E. Eichelbaum titulado “Happening para un jabalí difunto.” Ahora podemos decir que este “happening” (idea central: suceso) nunca existió. Escribimos sobre una ficción que permitía una experiencia que solo tenía sentido a través de los medios de comunicación y si se presentaba en forma de comunicado de prensa.” *11
Tampoco es casual que, en un mundo que empezaba a globalizarse, las ideas de Marshall McLuhan con su premisa medio = mensaje se extiendan hacia las vanguardias rioplatenses de la década del 60. En su texto Comprender los medios de comunicación: Las extensiones del ser humano, publicado en 1963, el autor establece que la información reside en la difusión y que “las tecnologías admiten ser consideradas como prolongaciones de nuestro cuerpo y nuestros sentidos, que los medios de comunicación electrónica admiten ser considerados extensiones de nuestro sistema nervioso central”*12. Con respecto a la acción planteada por Jacoby, Costa y Escari, los diarios y las revistas sirvieron para materializar lo intangible, y ponerle punto final al acontecimiento propiamente dicho.
En todo caso, retomando la cita de John King, decidimos dirigir la palabra “crítica” a otro sujeto, que no es solo el evento artístico planteado por la generación del 60, sino también a los medios de comunicación y su incisión en nuestra manera de actuar.
“La característica principal de la experiencia de Costa, Escari y Jacoby es que genera una ruptura en la estructura de la información, utilizando los propios mecanismos internos de dicha estructura. En efecto, el lector es informado de que ha sido informado sobre algo que nunca ocurrió, lo que implica una reductio ad absurdum de la propia noción de información y, por extensión, la insólita imagen de los medios de comunicación operando en el vacío.” *13 Se informa al público sobre un evento que nunca ocurrió, lo que expone una contradicción en la lógica de los medios de comunicación: si los medios informan sobre algo falso como si fuera cierto, esto lleva al absurdo de la noción misma de “información”, ya que se vuelve imposible distinguir entre lo real y lo inventado. Una ficción perfecta para los estándares de la Fábrica de los Sueños.
Operar en el vacío…
Reducción al absurdo…
una rueda que gira en falso.
Un ready-made tan ready y tan made que forcejea nuestra percepción con un capricho camp como lo es reírse en la cara del espectador y de quienes monopolizan y economizan la información.
En la nota EI escepticismo de la mamá de Masotta, publicada en la revista Confirmado el 10 de noviembre de 1966, los autores definen su obra, copiando y pegando parte de su manifiesto:
“Nos proponemos entregar a la prensa el informe escrito y fotográfico de un happening que no ha ocurrido. Este falso informe incluirá los nombres de los participantes, una indicación del lugar y momento en que se realizó, y una descripción del espectáculo que se finge que ha ocurrido, con fotos tomadas a los supuestos participantes en otras circunstancias. Así, en el modo de transmitir la información, en el modo de realizar el acontecimiento inexistente, en las diferencias que surjan entre las diversas versiones que del mismo suceso haga cada emisor, aparecerá el sentido de la obra”. *14
Sin la interacción del espectador las imágenes no adquieren su plena significación.
“Pero tal vez la visión más vital del hecho sea la de Susana Muzzio, la aguda dueña de la casa donde el happening no se realizó. ‘Me siento frustrada. Todo el mundo cree que nos divertimos mucho, y no pasó nada; por eso propuse hacerlo, en serio, ahora.’ Algunos amigos se quejaron porque no habían sido invitados, Ciertas amigas le fruncieron el ceño: ‘Una muchacha que estuvo me contó que allí hubo de todo, mujeres desnudas y que se yo…’
Los vecinos, desde que apareció el primer artículo en El Mundo han manifestado un súbito e inesperado amor por la jardinería: recortan sus setos lindantes con la casa de Susana Muzzio, podan sus árboles, arreglan sus enredaderas, refaccionan sus techos y siempre consiguen alguna posición que les permite ojear “la casa del happening”.
La madre de Masotta no le creyó cuando éste le explicó que no había habido fiesta, ‘¡Si salió en el diario!’.” *15
Allí reside, para nosotros, la línea que sintetiza el sentido de esta obra. Una persona incapaz de obturar la discriminación entre realidad y ficción, prefiere porfiar al mejor estilo porteño la palabra de su hijo contra la narrativa mediática.
Hubo tantas idas y vueltas con respecto a la información y desinformación de este acontecimiento que terminaron de atrofiar la capacidad de entendimiento de los lectores, incluida la madre de Masotta. Youngblood en su libro “Cine Expandido” explica que “la ignorancia siempre crece cuando los mensajes de un sistema son redundantes. La ignorancia no es un estado de limbo en el cual no existe información, sino más bien un caos creciente debido a la información errónea acerca de la estructura del sistema.” *16.
Discernir qué es real y qué no, no es algo nuevo, pero sí nos encontramos en un momento en el que los límites entre uno y otro son cada vez más difusos. Con respecto al “Falso Happening” nos podemos preguntar: ¿qué es lo real?¿lo que saben los 3 artistas autores de la obra o lo que creyeron miles de personas que leyeron la noticia?
El ciclo termina con un artículo escrito por Eliseo Verón llamado La Obra: Análisis inédito sobre un célebre caso de arte desmaterializado. Este artículo, escrito en mayo de 1967, iba a ser parte de un libro sobre el “arte de los medios”, compilado por Roberto Jacoby, que finalmente no se realizó. “La obra consistía en un proceso informacional basado en un informe sobre un happening inexistente. Lamentablemente una página de notas finales se ha extraviado.”*18 explica la descripción del análisis.
Otra vez, un papel extraviado a modo de corrimiento intencionado. Similar al error de tipeo que McLuhan decidió dejar en el título de su texto. El canadiense jugaba con la palabra «message» (mensaje), cambiándola por «mass age» (edad masiva), «mess age» (edad del desastre) y «massage» (masaje). Un libro posterior, The Medium Is the Massage fue originalmente titulado como The Medium is the Message , pero McLuhan prefirió el nuevo título, que se dice que fue un error de impresión.
El texto de Verón pone punto final a la propuesta de Escari, Costa y Jacoby y diagrama como la información fue distribuida, recibida y emitida.
Una cultura está muerta cuando sus mitos han quedado al descubierto, explica Youngblood. El accionar artístico, político y mediático que idearon Escari, Costa y Jacoby terminó de quitar ese velo que posiciona a los diarios como fuentes de veracidad, para obligar al lector a cuestionarse sobre a qué tipo de información está siendo expuesto. Podríamos decir que a partir de este hecho, durante la década del 60 y la creciente facilidad comunicacional que estaba tomando lugar en el mundo, no solo la cultura empezó a licuarse para terminar muriendo, sino que el Happening como género en sí comenzó su declive.
El falso happening subvierte su propia condición, debido a que precisa de concretarse no sólo un acontecimiento sino también la expectación de ese hecho. El público en el falso happening no es un espectador pasivo, sino que participa activamente en la construcción del significado, es decir, se vuelve parte de la performance. Lograr ejecutar la difusión de un hecho que no sucedió, es paradójicamente el happening en sí mismo.
Entonces, si los “happenings” en Buenos Aires se “centraban en el impacto de las comunicaciones masivas sobre la percepción”, si un happening es un “collage de situaciones” y “trata acerca del no-sentido”, si la palabra se traduce al español como “acontecimiento” y los acontecimientos naturalmente se transforman en noticia, el Happening para un jabalí difunto fue la acción que no solo logró burlarse de los medios de comunicación, sino que plegó sobre sí mismo su género espectacularizando la nada, desmaterializando la realidad en una no-ficción.
BIBLIOGRAFÍA:
*1 King, John (1985), El Di Tella, Buenos Aires, Asunto Impreso Ediciones – 2da Ed.-, 2007. (pag. 238)
*2 King, John (1985), El Di Tella, Buenos Aires, Asunto Impreso Ediciones – 2da Ed.-, 2007. (pag. 239)
*3 King, John (1985), El Di Tella, Buenos Aires, Asunto Impreso Ediciones – 2da Ed.-, 2007. (pag. 241)
*4 Amigo, Roberto (2022), Roberto Jacoby: no soy un clown / Roberto Amigo; Santiago Villanueva; José Fernandez Vega; Prólogo de Emanuel Diaz Ruis. – 1a ed – San Juan: Museo Provincial de Bellas Artes Franklin Rawson.
*5 Costa, Eduardo; Escari, Raúl; Jacoby, Roberto (1966), Un Arte de los Medios de Comunicación, Buenos Aires. (pag. 1)
*6 Costa, Eduardo; Escari, Raúl; Jacoby, Roberto (1966), Un Arte de los Medios de Comunicación, Buenos Aires. (pag. 1)
*7 Costa, Eduardo; Escari, Raúl; Jacoby, Roberto (1966), Un Arte de los Medios de Comunicación, Buenos Aires. (pag. 1-2)
*8 Costa, Eduardo; Escari, Raúl; Jacoby, Roberto (1966), Un Arte de los Medios de Comunicación, Buenos Aires. (pag. 3)
*9 Diario El Mundo, Happening para un Jabalí Difunto, Edmundo E. Eichelbaum, Domingo 21 de Agosto, 1966.
*10 Revista El Escarabajo de Oro No. 31-32, ¨Happening¨, 1966.
*11 Diario El Mundo, Comunicación de Masas, Eliseo Verón, Domingo 30 de Octubre, 1966. (pag. 45)
*12https://proyectoidis.org/la-comprension-de-los-medios-las-extensiones-del-cuerpo-humano/
*13 Diario El Mundo, Comunicación de Masas, Eliseo Verón, Domingo 30 de Octubre, 1966. (pag. 45)
*14 Confirmado, Diversiones, El escepticismo de la mamá de Masotta, 10 de Noviembre, 1966. (pag. 42)
*15 Confirmado, Diversiones, El escepticismo de la mamá de Masotta, 10 de Noviembre, 1966. (pag. 44)
*16 Youngblood, Gene, Cine Expandido (2012) -1a ed.- Sáenz Peña: Universidad Nacional de Tres de Febrero, . (pag. 81)
*17 Youngblood, Gene, Cine Expandido (2012). -1a ed.- Sáenz Peña: Universidad Nacional de Tres de Febrero.
*18 Eliseo Veron. La obra– Análisis inédito sobre un célebre caso de arte desmaterializado (1967). Ramona revista de artes visuales, 2000, pp.46-52 https://shs.hal.science/halshs-01488589/file/La-obra-An%C3%A1lisis-in%C3%A9dito-sobre-un-c%C3%A9lebre-caso-de-arte-desmaterializado-1967.pdf