“La Cámara Desencadenada” (“Die entfesselte Kamera”) fue una técnica incorporada por el camarógrafo Karl Freund durante el rodaje de DER LETZTE MANN (EL ULTIMO HOMBRE), film dirigido por Friedrich Wilhelm Murnau en 1924.

Freund adaptó su cámara Stachow de 8 kilos a la que puso un visor deportivo, un motor y una tabla de madera con sogas con las que se la ataba al cuerpo – lo que hoy sería un precursor del steadycam. Freund seguía al personaje principal, interpretado por Emil Jannings, y por primera vez el espectador se adentraba junto con el actor en el decorado. La cámara desencadenada introdujo un estilo de cinematografía de movimientos libres y energéticos y colaboraba en producir un punto de vista subjetivo y una elocuencia casi erótica.

Si bien la cámara desencadenada fue la innovación más importante de esta película, fue acompañada por una serie de diversas técnicas para lograr una variedad de efectos visuales: el uso de vaselina en el lente para lograr desenfoques puntuales, o la construcción de decorados especiales para instalar la cámara, como el puente para crear el efecto de “sonido volador” o la plataforma móvil para rodar la borrachera del portero.

Karl Freund trabajaría junto al guionista Carl Mayer en varias películas de la república de Weimar, entre ellas VARIETE y  METROPOLIS, antes de su exilio a los Estados Unidos.