Martin Heidegger, 1889 – 1976, Alemania.

Fue, tal vez, el filósofo más influyente del siglo XX. En sus investigaciones rompe con las filosofías gnoseológicas, aquellas basadas sobre el conocimiento como las de René Descartes, Immanuel Kant y Georg Wilhelm Friedrich Hegel, replanteando totalmente con el esquematismo cognoscitivo Sujeto vs Objeto.

Para Heidegger el ente humano, entendido como hombre arrojado en el mundo, siempre es un Dasein, un Ser-Ahí (según traduce José Gaos) o Estar-En-El-Mundo (según Jorge Eduardo Rivera y María Teresa Stuven). Este concepto designa el modo de ser del hombre, su ser-en-el-mundo, o sea su existencia concreta que siempre es inherente al mundo y en el mundo situada. Es en el mundo, de hecho, que el hombre se relaciona con los demás entes en una situación de apertura: el ser-ahí no se contrapone al mundo en el sentido de un sujeto separado y aislado del objeto, el existir es ya siempre un co-existir. El ser-en-el-mundo, entonces, no es una simple presencia determinada por un origen y un fin, no puede ser inscrito en términos de objetividad, el Dasein es devenir en el mundo: en tanto transcendencia denota, por un lado, libertad y, por el otro, aceptación de las condiciones en la que esta misma libertad se explica, en tanto inmanencia. El hombre, entonces, no es presencia sino más bien proyecto, como nudo inextricable de situaciones en las que se encuentra arrojado.

En 1936 dicta, además, una conferencia titulada “El origen de la obra de arte” donde afronta en el tema de la apertura inherente al arte.  La obra de arte “pone-aquí-una-tierra” y “abre-un-mundo” volviéndose lugar ejemplar para la apertura de la verdad, que es concebida como horizonte adentro del cual el hombre posiblemente vive. En tanto “cosa”, la obra de arte ocupa un espacio concreto y material y se impone como presencia concreta, pero, al contrario de las demás cosas, se “retrae” eternamente, interpelando continuamente la reflexión humana. Es decir que la obra, cuando autentica y eficaz, abre el mundo que habitamos: el arte no es representación de un modelo exterior, no es copia del real, ni tampoco documentación. El arte es algo que instaura por si mismo categorías de comprensión que orientan la existencia del ser humano.   

Libros de Martin Heidegger:

El origen de la obra de arte, 1936 PDF

Ser y Tiempo, 1927 PDF

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