Rineke Dijkstra, (Países Bajos, 1959).

En 1991, Dijkstra realizó un autorretrato en una piscina. Su asistente tenía la instrucción de tomar la foto apenas ella se parara frente a la cámara, inmediatamente después de una sesión de natación, que la fotógrafa realizaba para rehabilitar su cintura. No había tiempo de poses. El estado emocional que la artista reflejó en esa obra le sirvió de orientación a la hora de enfocar su carrera creativa.

Desde 1992 hasta 1996, se dedicó a tomar retratos de niños y jóvenes en etapa de pubertad en varias playas en Estados Unidos, Polonia, Inglaterra, Ucrania y Croacia, con una cámara 4×5. Los sujetos miran directamente a la cámara, situada en una altura baja. Rinke los retrata siempre en plena luz día y utiliza flash. Así, las figuras resalten, distinguiéndose de los fondos. Ésta fue la serie que le dio a Dijstra el reconocimiento internacional, a fines de los `90.

Sus referencias son los maestros del retrato holandés y flamenco de los siglos XVII y XVIII, y los fotógrafos Diane Arbus y August Sander. Dijkstra se interesa especialmente en retratar momentos de cambio o transición: la pubertad, toreros antes de salir a la arena,  mujeres justo después de parir.

Su primer trabajo en video se llama “Buzzclub” (1996/1997) y trata la relación entre la percepción individual y la moldura social. Por dos años, filmó a jóvenes que visitaban regularmente dos discotecas, una en Inglaterra y una en Holanda. Los sujetos posan sobre fondos llanos, a veces sostienen una cerveza, a veces mastican chicle con vergüenza, otras bailan frente a la cámara. Sus miradas suelen dirigirse al fuera de campo. Dijstra busca el constraste entre sus personalidades, todavía en formación, y los valores standard que dicta el ambiente en el que están. Sobre esto, citó a Diane Arbus:

Esto está relacionado con lo que yo siempre llamo la discrepancia entre la intención y el efecto.