Juguete óptico que consiste en un disco de cartón con una ilustración en cada una de sus caras  y que al ser girado manualmente por dos cuerdas en sus extremos se genera una ilusión de movimiento o dibujo animado.

En el periodo de la Inglaterra victoriana se inventaron varios artilugios de este tipo –también llamados juguetes filosóficos-  con el objetivo de probar diversas teorías sobre la visión y el movimiento de imágenes, entre ellas la cuestionada persistencia retiniana.  Según esta teoría una imagen permanece en la retina humana una décima de segundo antes de desaparecer por completo y por esta razón se genera una ilusión de movimiento durante una sucesión  o secuencia de imágenes estáticas.  Este fenómeno ha sido desmentido o cuestionado a través de estudios neurofisiológicos en los que se ha probado que la percepción del movimiento aparente se debe al procesamiento que hace el cerebro de las señales eléctricas provenientes de la retina.

La invención del taumátropo, conocido también como maravilla giratoria, se le atribuye al médico John Ayrton Paris que en 1824 lo presentó ante el Colegio Real de Físicos de Londres. Las primeras ilustraciones que se utilizaron para probar la persistencia retiniana con este juguete fueron la de una jaula y un papagayo.

Sobre estos juguetes filosóficos, el coleccionista y estudioso de inventos del precine Werner Nekes, ha dicho que sacan partido del fenómeno de la inercia de la visión y hacen que seamos más conscientes de estos efectos visuales.

En 2012 se encontraron piezas prehistóricas en las cuevas de Chauvet muy similares a un taumátropo.

Galería de Taumátropos animados y otros juguetes filosóficos: http://www.dickbalzer.com