Cuando decimos “color”…

Croma o tono muchas veces se utiliza como sinónimo de color pero la definición cambia según el contexto. En el lenguaje se forman otros mapas más arbitrarios donde, por ejemplo, un tono con distintos valores de luz son indiscutiblemente dos colores distintos. Tal es el caso del naranja y el marrón. El tono es sólo un aspecto del color y un parámetro que la lengua no toma para crear las divisiones.

Describir los colores como la longitud de onda que es reflejada por los objetos es insuficiente para explicar los nombres que se le dan a estos. Hay poca relación entre la longitud de onda y las divisiones humanas que diferencian una luz de otra. Verde y azul están separados solo por 35 nm en el espectro de luz visible y son más cercanos que el violeta e índigo (entre los cuales no solemos hacer diferencia), sin embargo, muchas lenguas los separan. Muchas otras no lo hacen: zulú, xhosa, yukatek maya, yebamasa,  vietnamita, welsh, turco preislámico, tupí, guaraní, tswana, tibetano, pushto, ossetian, ñe’êngatu , lakota sioux, coreano, japonés, irlandés, timba, choctaw, chino, árabe, amazigh shelta.

Los términos de color no describen ese parámetro sino uno arbitrario de nuestra percepción del mundo. Incluso vemos y nombramos colores no espectrales, como el magenta. Esto significa que no tiene una onda en el espectro electromagnético sino que es producto de dos frecuencias de luz (la roja y la azul) siendo recibidas al mismo tiempo por nuestros ojos junto con la falta de estímulo de los conos verdes.

Qué colores son nombrados depende directamente de las cosas que consideramos. No hay razón objetiva en la división del espectro de colores en los nombres que les damos. Es sumamente arbitrario y refleja la experiencia humana.

Se cree que históricamente observamos otros colores además de los que nombrábamos pero no los reconocíamos como distintos. También entra la discusión sobre si percibimos lo que nombramos o nombramos a partir de que percibimos. ¿Qué colores estaremos viendo ahora para los cuales no tenemos nombre?

Historia

La teoría de que los humanos antiguos no veían ciertos colores fue descartada por la biología. En La Odisea de Homero el mar era descrito como color vino y no hay mención alguna de azul, lo cual no significa que no lo vieran.

Hay poesía clásica persa y árabe describe el cielo como verde. En el siglo XIII en Europa se referían al cielo como blanco, por su luminosidad. El agua se representó de color verde en los mapas occidentales hasta el siglo XVII, cuando se estableció que fuera azul.

Las culturas que tenían palabra para azul eran justamente las que habían desarrollado el pigmento. Tanto los árabes como los alemanes tuvieron términos (azraq y blau) habiendo desarrollado pigmentos azules.

Antiguos objetos egipcios teñidos con silicato de cobre. La antigua palabra egipcia wedjet significa azul, azul verdoso y verde.

Términos Básicos de Color (1969)

Términos básicos de color: su universalidad y evolución es un libro de Brent Berlin y Paul Kay publicado luego de realizar estudios entorno al color y su percepción en distintas lenguas. Su hipótesis era que en las etapas tempranas del desarrollo de terminología de color en un lenguaje éstos tendrían ciertos términos básicos de color. En sus estudios encontraron patrones: si un idioma tenía 6 colores siempre eran negro, blanco, rojo, verde, amarillo y azul. Si tenían 4 eran negro, blanco, rojo y verde/amarillo. Si tenían 3 eran negro, blanco y rojo. Y por último si tenían sólo 2, eran negro y blanco. Se cree que la tribu pirahã del amazonas tiene dos términos básicos de color.

Para que un término de color fuera considerado básico era necesario que sea monolexémico, que exista un consenso sobre su uso en la población y que sea utilizado frecuentemente.

Existen idiomas que diferencian colores con el mismo tono pero distinto valor lumínico. En castellano se da el caso del color rosa y rojo, naranja y marrón, azul y celeste. En cambio, no tenemos nombres distintos para verde oscuro y verde claro, simplemente se describe su luminosidad.

Tabla tomada del libro de Berlin y Kay utilizada como base para los estudios.

Categorización de colores sobre la tabla base realizada por un hombre inglés de 35 años.

Ejemplo de puntos de términos básicos de color para los Aguaruna Jívaro de Perú.

Los colores que encontraron se correspondían con la sensibilidad de las células ganglionares de la retina, llevándolos a argumentar que el nombramiento de colores no era un fenómeno meramente cultural sino que estaba restringido por la biología, sumando a la corriente de pensamiento que cree que el lenguaje esta formado por la percepción y no a la inversa (hipótesis de Sapir-Whorf).

Censo Mundial de Color

Base de Datos del Censo Mundial de Color : Historia y Uso

Problemas con la teoría de Berlin y Kay

Otros investigadores del color y las lenguas argumentan que la experiencia del color no puede ser universalizada a través de las culturas (relativismo lingüístico). De hecho se presentan varias dificultades al realizar estudios como el de Berlin y Kay cuando, por ejemplo, un idioma no tiene términos abstractos para el color. Un idioma de las filipinas que no encaja en la clasificación de colores porque sus términos no son solo de color sino de otras sensaciones simultáneas, lo cual no significa que no los vean ni tomen en cuenta.

Otro punto discutido es la hipótesis de que las culturas pasen por etapas. La idea de que culturas contemporáneas que no se consideran “civilizadas” sean vistas como atrasadas por “todavía” no haber desarrollado un término para azul, por ejemplo. Se marca como una carencia, pretendiendo conocer una cosmovisión, o manera de pensar al comparar la propia y proyectarla.