Manrico Montero (México, 1973-2018). Artista sonoro, investigador de bioacústica y cineasta. Hacia finales de los años noventa, estudió Lengua y Literatura Modernas Alemanas en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. A su vez, desarrolló un interés especial por la música y la documentación e investigación de los entornos ecológicos latinoamericanos.

Manrico Montero fue una de las voces más influyentes del arte sonoro y la música experimental en México y América Latina durante casi dos décadas. Desde la trinchera de la publicación discográfica, a través de las disqueras Igloo, Filtro y Mandorla, Manrico ayudó a perfilar muchos de los rasgos distintivos de las escenas electrónicas y experimentales de la Ciudad de México. Como músico y experimentador, forjó una significativa discografía bajo una variedad de alias, que iban desde su propio nombre, hasta DJ Linga, Karras y Karras In Dub. De manera paralela, formó parte de los ensambles interdisciplinares Estructuras de la Tarde y La Orquesta Silenciosa.

Su trabajo como investigador de bioacústica se basó en el enorme interés que suscitaba en él el estudio extenso y respetuoso de las especies animales oriundas de Latinoamérica y de la diversidad de sus ecosistemas. Dos de sus especies favoritas fueron los ortópteros y los flamencos.

“Al estudiar los sistemas de comunicación de las distintas especies, podemos también, de alguna forma, entender el origen del lenguaje en el ser humano”, explicaba el propio Montero, previo a la presentación de su proyecto Semiosis en la Fonoteca Nacional, en 2015. Entonces, presentó un capítulo dedicado a los insectos ortópteros neotropicales -como grillos, langostas y saltamontes- en Latinoamérica y las señales acústicas mediante las cuales se comunican. Por ejemplo, llegó a fabricar micrófonos personalizados para poder captar aleteos de mariposas Monarca, con los que compuso arpegios oceánicos para sus obras sonoras.

Entre 2009 y 2013 vivió y trabajó en Bolivia dictando talleres de edición y manipulación de sonido en la ciudad de La Paz, Cochabamba y Santa Cruz.

Trabajador y apasionado por sus investigaciones, se paseó los bosques de niebla desde su natal México hasta la Patagonia; se internó en las selvas maya y amazónica en una y otra parte del continente; se caminó la aridez de la Patagonia y las alturas andinas con su kit de registro y grabación.