Bas Jan Ader es un artista holandés, conocido por su trabajo en el arte conceptual a través de distintos medios: fotografía, video y performance.

Ader utilizó la gravedad entendiendo la rendición del cuerpo ante la misma. Realizó diversas piezas audiovisuales de él cayendo. Cuando caía, todo lo que decía era que la gravedad lo dominó. Las posibilidades son infinitas: se puede caer física, filosófica, mental, estética o sentimentalmente , con heroísmo o patetismo. En sus trabajos Ader cae. Cae del techo, cae al agua, cae al piso, caen sus lágrimas. Pero Ader cae porque se sostiene, porque aguanta, porque se mueve, porque lucha contra la gravedad que finalmente lo domina.

En 1970 entró en el período de mayor producción de su carrera, con su primer fall film, Fall I, que lo muestra a él sentado en una silla cayendo desde el techo de su casa de dos pisos. En Fall II, Ader anda en bicicleta a lo largo del canal y repentinamente cae al agua. Ambas caídas son absurdas, y quizá cercanas a las interpretaciones actorales de las comedias de Buster Keaton, pero, al mismo tiempo, combina este tono cómico con lo trágico de la caída en sí. Su melancólica figura cobra mayor dimensión en trabajos como Im Too Sad to Tell You, donde llora compulsivamente frente a cámara; o en Broken Fall (Organic) donde se balancea desde un árbol de gran altura hasta que se deja caer al agua. Quizá no importa la caída en sí, ni siquiera la fuerza que Ader realiza para sostenerse, si no aquel instante en que se entrega a lo inevitable.

En 1975 se embarcó en lo que él denominaba a very long sailing trip. El viaje iba a ser la parte central de un tríptico llamado “In Search of the Miraculous”, un intento de cruzar el Atlántico en un velero muy pequeño (probablemente no llegaba a ser el doble del largo de su cuerpo). Afirmó que le llevaría 60 días concluir el viaje. Seis meses después de su partida, su barco fue encontrado en las costas de Irlanda. Ader había desaparecido. Quizá su búsqueda por lo sublime lo hizo sentirse protegido frente a semejante hazaña, jugando con la posibilidad de entregarse a la muerte o, incluso, provocándola. Ader había caído al mar. Pero para él caer era hacer una obra de arte. Como afirma la artista Tacita Dean “Creamos lo que creamos o imaginemos lo que imaginemos, en un nivel profundo profundo, no haber caído habría significado fracaso”.

Esta pieza fue encontrada en 2007 en la UC Irvine, donde Ader enseñaba.

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