Stifters Dinge, 2007, (en español “Las cosas de Stifter”), es una instalación perfomativa  de 70 minutos creada por el compositor Heiner Goebbels (Alemania, 1952). Es una obra sin actores, una composición para cinco pianos sin pianistas, una actuación sin intérpretes, un espectáculo sin hombres. Luz, imágenes, murmullos, sonidos, voces, viento y niebla, agua y hielo: estos dispositivos generalmente actúan como meros accesorios o piezas, pero en Stifters Dinge se convierten en protagonistas.

El Stifter del título es Adalbert Stifter, un novelista de principios del siglo XIX obsesionado con las minucias descriptivas de la naturaleza. Estas son sus cosas y estos son los objetos explorados, analizados, ilustrados, distorsionados, reenfocados, simbolizados y transformados en la instalación de Goebbels.

Al escribir en Bohemia a principios del siglo XIX, Adalbert Stifter centró su atención en las fuerzas no humanas, los fenómenos naturales y las “cosas” que realmente no sabemos cómo nombrar y explicar. En una instalación performativa a gran escala, el compositor y artista de teatro, Heiner Goebbels, desacelera nuestro sentido del tiempo para que “las cosas de Stifter” estén a la vanguardia de nuestra conciencia.

El esquema sónico, realizado en conjunto con Hubert Machnik y Willi Bopp, combina retumbos y interferencias de la música concreta, la puntuación percusiva primitiva, el meandro moderno, las citas de Bach, el romanticismo suprimido y las voces grabadas de Malcolm X, William S. Burroughs, Claude Lévi-Strauss y de los indios colombianos. Todo esto, sumado a la lectura de pasajes de Stiffer, es susurrado a lo largo del paisaje sonoro de Goebbels, enfatizando las implicaciones políticas de este nuevo espacio meditativo.

En la obra el escenario, realizado en conjunto con Klaus Grünberg, se mueve constantemente, cambia, desafía. Se trata de disparidades: charcos de agua burbujeante, lluvia, nieve, hielo, esculturas de chatarra, fachadas industriales, teclados deconstruidos, ramas estilizadas, luces caprichosas, humo espeluznante y panoramas pintorescos. La tecnología que se muestra es asombrosa, remite a Rube Goldberg , aunque los técnicos son invisibles.

“El público está en el centro de esta pieza: dan sentido a lo que ven y lo que oyen, de una manera liberada e individualizada”. Heiner Goebbels

 El compositor-director-autor se describe a sí mismo como un “arquitecto teatral“.