s. Información a la que una persona puede acceder mediante la tecnología cuando necesite, pero que no está guardada en su memoria.

Este termino que se aplica muy convenientemente en esta época a nuestra relación con Internet (probablemente debido a la desmedida cantidad de información que esta contiene y su uso masivo y constante) se puede aplicar también a otros medios como una biblioteca, una cinta de video o una foto e incluso un disco rígido. Todos son espacios de almacenamiento a los que accedemos en búsqueda de información que suponemos que contienen. “Es una consecuencia de la alfabetización y el desarrollo de sistemas de información que hace relativamente poco tiempo se ha adaptado a los medios computacionales.” Me escribió Rich Oglesby, fundador de uno de los blogs sobre arte y tecnología más populares que justamente lleva como nombre este término ya que él considera que es “relevante y resonante” a la forma que utiliza Internet, el medio mediante el cual recopila toda la información que luego sube a su blog.

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Según algunos estudios y experimentos realizados por Tracy Packiam Alloway. Internet y, particularmente, las redes sociales hoy nos dan un lugar para guardar nuestros recuerdos de una forma que antes era inimaginable, refuerza nuestra habilidad para filtrar lo que nos resulta relevante entre un exceso de datos y hace que en vez de memorizar la información nos relacionemos de forma activa con ella.

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