El Turco (Hungría, 1769 – 1854) fue un famoso autómata que jugaba al ajedrez construido y revelado por Wolfgang von Kempelen (1734 – 1803).

Tenía la forma de una cabina de madera y poseía un maniquí vestido con túnica y turbante sentado frente al tablero. La cabina tenía puertas que una vez abiertas mostraban un mecanismo de relojería y cuando se hallaba activo, el androide se movía y era capaz de jugar una partida de ajedrez contra un jugador humano de alto nivel.

El Turco ganó popularidad y llego a jugar con grandes personalidades de renombre como José II, la Zarina Catalina II, Napoleón Bonaparte, Federico II de Prusia, el Duque ruso Pablo o Edgar Allan Poe. Este último incluso llegó a escribir un ensayo sobre el funcionamiento del dispositivo.

Más tarde se supo que el autómata, era en realidad controlado por un maestro ajedrecista de baja estatura que al esconderse en su interior seguía la partida partida en un tablero paralelo. De esta forma podía elegir como operar el maniquí a través de dispositivos mecánicos para ganar la partida. Todo esto era posible gracias a un complejo sistema de resortes que reaccionaban a imanes situados en las piezas y permitían al operador entender los movimientos del tablero original para replicarlos en el secundario.

Existieron muchos automatas sucesores del Turco entre ellos se encuentran El Ajedrecista, una de las primeras maquinas en jugar al ajedrez vía algoritmos, y
Deep Blue, la primera computadora en vencer un campeón del mundo vigente, Gary Kaspárov, en 1996.