Pantallización de la existencia

Pantallización es un término que refiere a la imparable proliferación de pantallas y su omnipresencia en nuestras vidas. Definir lo que es una pantalla es difícil ya que puede tener múltiples significados, metafóricos y literales. Pero el sentido que más interesa para explicar el fenómeno de la pantallización es el de la pantalla, no como objeto físico, sino como interfaz que medía en la comunicación y vinculación. Es una interfaz con una gigante red digital que está formada por una serie de programas que producen acciones. Como toda interfaz, también tiene sus limitaciones.

El concepto lo presentó el filósofo Éric Sadin en una entrevista que dio a Eduardo Febbro en París con motivo de la publicación de “La Era del Individuo Tirano” (2022). Más allá de si este proceso es bueno o malo, es interesante pensar en aspectos concretos de este fenómeno: no hace falta hacer estudios para afirmar que las personas hoy en día pasamos gran parte del día mirando una pantalla e interactuando con ellas.

El objetivo de reflexionar sobre dicho proceso es pensar cómo se constituyen nuestras vidas y acciones a partir de estar mediados, cada vez más, por las pantallas. Esto significa, en primer lugar, que cada vez más estamos conviviendo con aparatos lumínicos y en segundo lugar y más importante: estamos mediados por la interfaz y todo lo que esto implica.

Pero, ¿qué es una interfaz? Carlos Scolari describió las “leyes de la interfaz”, lo que me permitió redactar, a partir de estas, una pseudo definición de interfaz: un lugar de interacción que conforma un ecosistema que constantemente coevoluciona junto a los usuarios y es capaz de transformarse y de simular. Las interfaces son lugares de innovación, cargados de significados ya que su diseño y uso son prácticas políticas, es decir, no son transparentes ni inocentes.

Si bien pantalla no es sinónimo de interfaz, podemos afirmar que la pantalla puede tomar el rol de interfaz. Hay que tener en cuenta que el concepto de interfaz es mucho más antiguo (el papiro o el libro, por ejemplo, son interfaces), mientras que el de pantalla (digital) es un concepto más nuevo y reciente.

Este concepto también remite a la idea explicada por Nicholas Mirzoeff en su libro “Una introducción a la cultura visual” (1999), en el que explica que la cultura visual no depende de las imágenes en sí mismas, sino de la tendencia moderna a plasmar en imágenes o visualizar la existencia. 

Por último, en cuanto a la relación de este fenómeno con nuestro cuerpo, materialidad y nuestras formas de percepción, es importante considerar que las pantallas se perciben por la vista, de manera que la proliferación de las mismas en nuestras vidas también favorece a la anulación de los otros cuatro sentidos

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