El concepto uncanny valley o valle inquietante fue acuñado en 1970 por el experto en robótica Masahiro Mori (Japón, 1927) para referirse a una hipótesis desarrollada dentro del campo de la robótica y la animación 3D, en la cual se plantea que cuando una réplica antropomórfica se acerca demasiado a la apariencia y el comportamiento humano real, se genera una respuesta negativa en el observador.

Es entonces que, cuando la apariencia de un robot se vuelve más humana, la empatía del observador real se vuelve mayor, hasta llegar a un punto límite a partir del cual la respuesta positiva ya no puede seguir incrementando y se torna desfavorable, generando en éste sentimientos de incomodidad y repugnancia. Por el contrario, cuando dicho robot mantiene una fisonomía que lo distancia notoriamente de la de un ser humano, la respuesta es positiva.

El valle inquietante es ese umbral entre la entidad casi humana y el individuo real, dado que el observador percibe ciertas características extrañas que no permitirían catalogar al androide como un ser humano, pero lo encuentra demasiado parecido a uno como para ser afín a la idea de robot. Al parecerse tanto al espécimen real, sus diferencias se verán resaltadas y recibidas con aprensión.

Good Bye Uncanny Valley es una piezas dirigida y escrita por Alan Warburton, acerca de este fenómeno.