Ian Cheng (Los Angeles, USA, 1984). Se graduó de la Universidad de Berkeley en 2006 después de estudiar Ciencias Cognitivas y luego desarrolló su práctica artística en la Universidad de Columbia, donde se graduó en 2009 con un MFA en Artes Visuales. La presencia artística profesional de Cheng comenzó en 2011 y se ha enfocado principalmente en América del Norte. Recientemente también ha expuesto en Europa.

El romance entre la ciencia y el arte se remonta a siglos atrás; Ian Cheng mantiene esta relación al unir tecnología innovadora y objetos visuales de una manera dinámica e interactiva. Cheng usa una combinación de patrones de reconocimiento del comportamiento cognitivo y estimulaciones computarizadas para crear una experiencia estética evolutiva y dinámica. El cuerpo de trabajo del artista está en un estado constante de metamorfosis, nunca se repite. Las simulaciones consisten en un grupo de objetos virtuales heterogéneos, tomados de varias fuentes. Al otorgar comportamientos a las imágenes virtuales, Cheng explora una noción no lineal compleja que se relaciona con los cambios neurológicos y psicosociales que ocurren dentro de la mente humana.

La curadora Filipa Ramos describe a Cheng como interesado por las condiciones de la mutación y los matices de la mente humana. De hecho, el artista juega con muchos de nuestros sentidos y explora su potencial para las interacciones. Los procesos impredecibles de las obras de Cheng invitan a los espectadores a reconsiderar sus propias ideas sobre límites y posibilidades. Los visitantes están invitados a observar las obras individualmente o experimentarlas como diferentes organismos disruptivos dentro de un solo cuerpo emergente. Los dibujos animados se utilizan como modelos para expresar estos modos mentales. Los antecedentes de Cheng en la ciencia cognitiva sirven para estimular estas figuras y elementos animados con una energía concurrentemente primaria y conceptual.

El método del artista se optimizó mientras trabajaba en un video de música para la banda Liars en donde Cheng usó datos de captura de movimiento para animar los movimientos de los bailarines al alimentar los datos en un motor de simulación. El motor reconfiguró la coreografía de cada bailarín haciéndolos chocar entre sí. Al usar un diseño algorítmico, Cheng puede controlar y manipular el comportamiento de los objetos elegidos. Trae una gama fascinante y progresiva de habilidades que se unen en instalaciones y videos innovadores. En una entrevista para la revista Frieze Cheng comentó: “Siento que estoy empujando en una nueva dirección, y creo que debería ser valorada como todas estas pinturas y esculturas aquí en Frieze”.