El gran narrador de Corea del Norte

Breve biografía.

Kim Jong-il nació en 1942 en una humilde cabaña del monte Paektu, ubicado en la frontera entre Corea y China. Su padre, Kim Il-sung, encabezaba el Ejército Revolucionario de Liberación de Corea, el cual se escondía del Ejército Japonés en el monte, planeando el contraataque. El cielo se encontraba completamente negro, una tormenta avasallante conquistaba el monte. En el momento en el que Kim Jong-il salió del vientre de su madre, la tormenta se calmó, el cielo se despejó y en el monte Paektu reinó el completo silencio. Un doble arcoiris iluminó el amanecer y, en ese mismo momento, surgió una nueva estrella en el cielo. A las ocho semanas de vida, Kim Jong-il aprendió a hablar. A sus tres años mojó su mano en un pote de tinta y marcó a Japón en el mapa. Esa misma noche, en Japón se desataron tifones y huracanes que provocaron cientos de muertos.

Todo esto proviene de la biografía oficial de Kim Jong-il.

Verdaderamente, Kim Jong-il nació en 1941 con el nombre de Yurei Ilsenovitch Kim en un campamento soviético de la ciudad de Jabarovsk. Su padre nunca liberó a Corea de las garras de los japoneses, sino que esta fue liberada a fines de la Segunda Guerra Mundial con la derrota de Japón por parte de los aliados, y Kim Il-sung fue designado Líder Supremo de la República Democrática de Corea por Iósif Stalin.

El Gran Monumento de Mansudae, con estatuas de Kim Il-sung y Kim Jong-il.

Desde aquella misteriosa noche en el monte Paektu, la vida de Kim Jong-il se vio fuertemente atravesada por la narración. En 1973, antes de ser designado como supremo líder por su padre, Jong-il ejerció el rol de Jefe del Departamento de Agitación y Propaganda, lo cual lo puso también a cargo de los estudios de cine del país.

Kim Jong-il fue, durante toda su vida, profundamente cinéfilo. Siguiendo a Lenin, entendía que el cine era el arte más importante. Tenía nulo contacto con el pueblo norcoreano y se pasaba días enteros encerrado en el Centro de Distribución Cinematográfica de Pyongyang. Al acabar todo el catálogo del centro de distribución y sin películas nuevas para ver debido al radical hermetismo del país, puso en marcha un plan denominado Operación Recurso Núm. 100.

Operación Recurso Núm. 100.

Esta consistía en un plan de piratería internacional. El gobierno norcoreano envió a todas las embajadas equipos para copiar y doblar películas en 35mm. Las embajadas norcoreanas recibían los estrenos de todos los países con el fin de realizar pases privados, cuando en realidad estas eran copiadas y enviadas mediante valija diplomática a Corea del Norte, donde eran dobladas empleando actores profesionales de los estudios cinematográficos norcoreanos. Debido al extenuante caudal de películas que se procesaban, Kim Jong-il precisó abrir centros especializados en el copiado de películas en Praga, Macao y Cantón. La filmoteca de Pyongyang llegó a tener más de 250 empleados con el fin de satisfacer los deseos del hijo del amado líder.

Si bien no existe información fehaciente, se estima que la filmoteca de Kim Jong-il alberga más de 20.000 filmes de todas partes del mundo. Según la BBC de Londres, Jong-il era un gran fanático del cine de Hollywood y guardaba un gran aprecio por Elizabeth Taylor y Sean Connery. Por otro lado, también era fanático de sagas como Viernes 13, Godzilla y Rambo.

Charles Jenkins, soldado norteamericano que desertó a Corea del Norte en 1965, vivió desde cerca la industria cinematográfica norcoreana. Jenkins actuaba en películas de Kim Jong-il, interpretando siempre al malvado capitalista estadounidense. Otra de las labores de Jenkins se desarrollaba en la filmoteca de Pyongyang, donde debía transcribir los diálogos de las películas habladas en inglés. No le proveían imágenes. Sólo diálogos, con el fin de que tenga la menor información externa posible. Sin embargo, entre todas las películas que debió revisar, Jenkins pudo identificar Kramer vs. Kramer (1979, dir. Robert Benton) y Mary Poppins (1964, dir. Robert Stevenson).

Sobre el arte del cine.

La obsesión de Kim Jong-il por el cine no se redujo simplemente a la función de espectador, sino que también se volcó por la teoría y la práctica cinematográfica. En el mismo año en el que asume el liderazgo del Departamento de Agitación y Propaganda, Jong-il escribe un tratado llamado “Sobre el arte del cine“. Es aquí donde hace lucir con mayor claridad la relación entre el arte cinematográfico y la ideología Juche (si bien no existe una traducción literal, sería algo así como un socialismo a la coreana, alejándose del estalinismo).

A fin de crear una nueva literatura y arte, el partido de la clase obrera tiene que tomar como única guía directriz la gran idea Juche y resolver todos los problemas según sus postulados.

Sobre el arte del cine (Jong-il, K., 1973)

La principal teoría cinematográfica de Kim Jong-il es la “teoría de la semilla”, en la cual argumenta que las películas son organismos vivos. Con el fin de que la obra se desarrolle correctamente, es necesario que esta tenga una semilla, es decir, una esencia ideológica. Sin la semilla, la obra no tiene chances de prosperar y estará destinada al fracaso. La semilla debe escogerse, ante todo, siguiendo los requerimientos de la política del partido. En este sentido, esta teoría argumenta que los realizadores deben servir a las exigencias del partido para que sus obras tengan valor real.

Mural norcoreano con un cineasta sosteniendo una copia de “Sobre el arte del cine”.

La teoría de la semilla, al igual que la idea de la ideología Juche, es bastante confusa. En las 350 páginas de “Sobre el arte del cine”, rara vez se habla concretamente sobre cine, sino que el tratado termina siendo un manual de cómo servir al régimen.

La semilla es el factor principal que asegura el factor ideológico de la obra.

Sobre el arte del Cine (Jong-il, K., 1973)

Whithney Mallet, de hazlitt.net, describe “Sobre el arte del cine” como “una lectura aburrida. Las oraciones se repiten entre sí y colapsan, despojadas de cualquier tipo de sustancia”.

Regalo de Martin Scorsese a Paul Schader.

Schrader escribe:

Scorsese me mandó una copia (no sé por qué) de “Sobre el arte del cine” del Líder Supremo de Corea del Norte Kim Jong Il – también conocido como Kim Jong-loco-, repleto de gemas como “es el contenido y no la forma lo que convierte en obra maestra a una película”. Supongo que estas lecciones no se encuentran tan alejadas de las de varios cursos de cine alrededor del mundo.

Sang-ok, Eun-hee y Pulgasari.

Si bien Kim Jong-il estuvo a cargo de todas las producciones norcoreanas por un largo periodo de tiempo, este nunca estuvo completamente satisfecho. Sentía que el cine extranjero era fuertemente superior, existiendo ya para ese momento cineastas consagrados como Akira Kurosawa y Yasujiro Ozu en el Japón de posguerra y jóvenes cineastas norteamericanos como Francis Ford Coppola, George Lucas y Steven Spielberg. Jong-il sentía que todo su esfuerzo había sido un fracaso.  Según Paul Fischer, “para el público autóctono, nada de lo que veían en pantalla le parecía extraño; sin embargo, los pocos espectadores extranjeros de aquellas películas las encontraban de una ingenuidad ridícula y mortalmente aburridas”.

El estilo del cine de Jong-il se encontraba marcado por canciones populares, un poderoso personaje femenino, una gran cantidad de antagonistas extranjeros, un trasfondo de nacionalismo racial y una mezcla de violencia y sentimentalismo. Sus películas no tenían títulos de créditos, con el fin de afianzar la idea del cine como un arte colectivo.

Ante este panorama, Jong-il decidió tomar cartas en el asunto: en enero de 1978, la consagrada actriz surcoreana Choi Eun-hee fue secuestrada en Hong Kong por el régimen norcoreano. Sorpresivamente, Eun-hee fue recibida cordialmente por Kim Jong-il. Durante su estadía en Corea del Norte vivió en una residencia muy lujosa, recibía regalos diarios del hijo del Amado Líder y era invitada a fiestas y banquetes organizados por él mismo. La actriz no entendía con seguridad por qué se encontraba allí, pero lo que sí notaba era un gran respeto y devoción por parte de Kim Jong-il hacia su persona.

El ex-marido de Choi Eun-hee y famoso productor cinematográfico surcoreano, Shin Sang-ok, partió en la búsqueda de la madre de sus hijos, sin embargo su desenlace fue el mismo: seis meses después de la desaparición de Eun-hee, fue capturado en Hong Kong y enviado a Corea del Norte. Sang-ok no recibió el mismo tipo de trato que su ex-mujer, más bien fue gravemente torturado y aprisionado por el régimen. Trató de escapar dos veces, pero fue enviado a un campo de internamiento por desobediencia.

Shin Sang-ok, Kim Jong-il y Choi Eun-hee, 1984.

Cinco años después de los secuestros, Shin Sang-ok y Choi Eun-hee se reencontraron en una fiesta organizada por Kim Jong-il. A partir de este momento, la pareja divorciada comenzó a trabajar en producciones cinematográficas norcoreanas. Sang-ok pudo realizar más de diez largometrajes con los recursos ilimitados que le proveía el regimen. En 1985, Choi Eun-hee ganó el premio a mejor actriz en el Festival de Cine de Moscú por la película Sogum, dirigida por Sang-ok.

Sin embargo, el mayor éxito de la historia del cine norcoreano es Pulgasari (1985), dirigida por Shin Sang-ok y Chong Gon-jo. Pulgasari, una copia descarada de Godzilla (1954, dir. Ishiro Honda), cuenta la historia de una lagartija hecha con arroz que, a partir de la ingesta de metales, va haciéndose más y más grande. El monstruo, el cual lleva el nombre de la película, ayuda a un pueblo de campesinos a enfrentarse a las tropas de un rey hambreador, haciendo justicia. Pulgasari es considerado como un film de culto y es, por su excepcionalidad, una película importante dentro del cine de monstruos gigantes que los japoneses denominaron como kaiju-eiga (lit. película de monstruos gigantes).

Trailer japonés de Pulgasari.

Finalizada la producción de Pulgasari, en 1986, tanto Shin Sang-ok como Choi Eun-hee lograron escapar de Corea del Norte al pedir asilo político en la embajada estadounidense durante un viaje a la ciudad de Viena, con la excusa de buscar fondos para una producción norcoreana sobre la vida de Genghis Khan.

En 1994, Kim Jong-il sucedió a su padre y se convirtió en el segundo Líder Supremo de la República Democrática de Corea. La Operación Recurso Núm. 100 se mantuvo vigente hasta su muerte, en 2011.

Bonus track.

En el documental “Aim High in Creation” (2013), la realizadora australiana Anna Broinowski viaja a Corea del Norte y, con un tono satírico, sigue instrucciones de cómo realizar un film bajo el estricto reglamento del Amado Líder.

 

Fuentes:

Fischer, P. (2015). A Kim Jong-il Production (Producciones Kim Jong-il presenta…). Turner Publicaciones.

Jong-il, K. (1973). Yonghwa yesul ron (Sobre el arte del Cine). KCNA, Agencia Telegráfica Central de Corea.

Sang-ok, S., Gon-jo, C. (Directores). (1985). Pulgasari [Película]. Korean Film Studio.

AA.VV. (1998). Kim Jong-il: Breve Biografía. Ediciones en Lenguas Extranjeras.

Kim Jong-il, the cinephile despot.

El arma de guerra definitiva de Corea del Norte: el cine revolucionario de Kim Jong-il.

Broinowski, A. (2013). (Directora). Aim High in Creation. [Película]. Unicorn Films.

Hollywood North Korea: How to Make Movies the Kim Jong-il Way.

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